Poner el cuerpo al lenguaje
Adolfo García Neurocientífico
Poner el cuerpo al lenguaje
Reviví, profundizá y compartí la charla.
“El partido del lenguaje no se juega solo en el estadio del cerebro, se juega en el cuerpo entero”
Cuando una persona mueve la mano se activa en el cerebro la región llamada corteza motora. Ahora bien, si esa persona está totalmente quieta, pero acaba de escuchar la frase “mover las manos”, esta región también se activa. Investigo el cerebro en relación con el lenguaje y persigo preguntas de este tipo: ¿cómo es que la frase “mover las manos” activa las mismas regiones que se activan cuando, físicamente, muevo las manos? Es así porque en el momento en que alguien nos menciona un movimiento, nuestro cerebro, para que entendamos esas palabras, simula el movimiento. Hace unos años, hicimos un estudio con una técnica llamada magnetoencefalografía, que te dice qué regiones cerebrales se activan y cuándo. Encontramos que los verbos que describen movimientos, como “aplaudir” o “correr”, ponían en juego circuitos motores que permiten mover el cuerpo. Pero lo más interesante fue que al leer esos verbos, los circuitos motores se activaban antes que otras regiones. Esa simulación de acciones es el primer paso que da nuestro cerebro para entender lo que leemos o lo que nos dicen. Pero el partido del lenguaje no se juega solo en el estadio del cerebro, se juega en el cuerpo entero. En otro estudio, pedimos a los participantes que leyeran verbos y los copiaran con una lapicera digital que podía medir aspectos precisos de cómo se mueve la mano al escribir. Algunos verbos describían acciones de la mano, como “martillar”, y otros acciones de las piernas, como “correr”. Vimos que el movimiento real de la mano se aceleraba cuando se escribían verbos de la mano. Ahí entendimos que si una palabra remite a cierta parte del cuerpo, el movimiento de dicha parte del cuerpo se ve afectado.


Después nos preguntamos si esto funcionaría al revés: ¿el movimiento del cuerpo afecta el lenguaje? Para abordar esta pregunta, convocamos a niñas y niños de entre 8 y 10 años, les pedimos que escucharan historias y respondieran preguntas. Después, los invitamos a participar en juegos de Nintendo Wii en los que hay que bailar, patear, saltar, agacharse. Encontramos que luego de jugar respondían mejor a las preguntas que apuntaban a cómo se movían los protagonistas. Si hay un vínculo íntimo entre las palabras que describen movimientos y los circuitos cerebrales que permiten moverse, ¿no podremos usar esas palabras para ver si esos circuitos están funcionando bien o mal? La pregunta es relevante porque más de nueve millones de personas tienen enfermedades cerebrales que afectan el movimiento, como el Parkinson, que aún no tiene cura. En múltiples estudios, mostramos que los pacientes con Parkinson tienen déficits específicos para procesar verbos que describen movimientos. Estos déficits permiten distinguir entre distintos subtipos de pacientes e incluso superan evaluaciones estándar para detectar la enfermedad. El lenguaje, el cerebro y el cuerpo están entrelazados. Poco ganamos pensándolos por separado. Espero, entonces, que estas palabras tengan el efecto de incitar a la acción: cambiar el ideario colectivo sobre el lenguaje, mejorar las prácticas para enseñarlo y valorizarlo como un potente recurso de salud pública.
¿Un diamante en bruto para potenciar la enseñanza del lenguaje?
En la escuela y en los cursos de idiomas enseñamos vocabulario mientras los estudiantes están sentados, casi quietos. El cuerpo queda por fuera de la ecuación. ¡Esto es una picardía! Investigaciones realizadas en aulas reales muestran que las palabras se aprenden mejor cuando hacemos movimientos que tienen que ver con ellas, como el gesto de aplaudir cuando aprendemos la palabra “aplaudir”, en la lengua que sea. Seguro que en la enseñanza del lenguaje podemos salir ganando si le damos cabida al movimiento.
Ideas
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Seguí explorando
Le pedimos a Adolfo García que nos haga algunas recomendaciones para profundizar y nos sugirió esto.

1984
De George Orwell
Esta novela escalofriantemente genial guarda disparadores jugosos para reflexionar sobre qué es y qué no es el lenguaje natural. Depara, además, una de las citas más fuertes para entender el funcionamiento, y los sesgos de la sociedad y de la ciencia: “All happenings are in the mind. Whatever happens in all minds truly happens” (“Todos los acontecimientos están en la mente. Pase lo que pase en todas las mentes realmente sucede”).

The Sixteen Men of Tain
Canción de Allan Holdsworth
Tema del álbum homónimo en que el guitarrista británico cuenta una historia trepidante, de principio a fin. El título del álbum, que salió en 2000, hace referencia a la destilería Glenmorangie de Tain, Escocia.

House M. D.
Serie de David Shore
Hugh Laurie encarna a un médico cuya pericia clínica solo es superada por su creatividad lingüística. Cada capítulo es una exhibición de ironías, sarcasmos, dobles sentidos y otras tantas figuras retóricas que construyen la trama y desgajan al personaje.

La llegada
Dirigida por Denis Villeneuve
Esta película de ciencia ficción convierte una teoría lingüística clásica en un blockbuster hollywoodense. La trama gira en torno a la hipótesis de Sapir-Whorf que, en su versión fuerte, propone que nuestra lengua determina nuestra cosmovisión.