Movimientos permitidos en público
César Silveyra | Juan Barallobres
Movimientos permitidos en público
Reviví, profundizá y compartí la charla.
“Salir del repertorio de movimientos permitidos es incómodo”
Hace unos años viajaba en subte mientras escuchaba música con auriculares. Y bailaba. Pero aunque por dentro me sentía Beyoncé, por fuera estaba contenido porque me encontraba en un lugar público. En ese momento se me acercó un pibe con Síndrome de Down y, sonriente, me preguntó: “¿Qué estás escuchando?”. “Hip hop -le dije-. ¿Querés escuchar?”. “De una”, contestó.
Dos segundos después se puso a menear con los ojos cerrados. En pleno vagón disfrutaba a lo grande. Y era incomodísimo. Incomodísimo porque el chabón tenía el superpoder de la libertad y me lo mostraba a mí, que hasta hace un instante me sentía el “Che” Guevara del baile, el “Chayanne Guevara” del tren, con mis movimientos semidisimulados, imperceptibles.


Al ver ese desparramo de espontaneidad me di cuenta de que estamos todo el día emanando la música que creamos y la música que escuchamos, y que miles de personas a la vez están conectadas a una playlist emocional. En esto pensaba mientras era perreado públicamente por un desconocido. Un par de estaciones después, el chico salió del trance, se dio cuenta de que se tenía que bajar y me dijo: “Gracias, es que me encanta bailar”.
Yo estaba prendido fuego. Fue contacto estrecho del bueno. Y me pregunté: “¿Qué hago con esta sensación?”. Quería desfilar en el tren tirando glitter. Entonces apareció en mi cabeza una idea: presentar al Ministerio de Salud y al de Cultura la propuesta de que en cada tren exista un vagón con música. ¿Podemos imaginar cómo llegaría la gente al laburo? Sí. Feliz, con endorfinas por todos lados y las defensas altas.
Salir del repertorio de movimientos permitidos es incómodo. Estoy yo solo con mis personajes internos frenándome. “Ah, bueno, el señorito tiene ganas de moverse y se mueve”. “Ya estás grande, los nenes juegan, los adultos hacen ejercicio”. “¿Qué van a pensar?”. “En el Acta de Movimientos Permitidos, Inciso Tren, no se puede bailar, hay que estar quieto”. Este es el diálogo mental que entablo conmigo todos los días.
Si tenemos la expresión del cuerpo así de frenada, ¿cómo están las ideas, la imaginación, la intimidad, las emociones, la intuición? Justo ahora que es lo que más necesitamos para la mutación que nos toca vivir. Pienso en esas miles de reuniones empresariales o gubernamentales haciendo brainstorming y diciendo como si nada pasara: “Para tomar esta crisis como oportunidad quedémonos sentados, pensando, quietos”.
Por eso cuando digo empezar a bailar, no digo bailar como una coreografía o bailar bien o mal. Digo sentir algo y expresarlo con el cuerpo. Conmoverse y dejarlo salir. O hacer una pausa y, en el silencio, sentir qué pasa. Incómodo, sí, va por ahí.
La mente musical
Si escuchamos con atención, vamos a descubrir que todo tiene ritmo. Hasta en lo que decimos hay ritmo. Todo lo que decimos tiene ritmo: todo-lo-que-de-ci-mos. Nuestra primera inteligencia es rítmica, en la panza de nuestras viejas: Tutu tutee ssssaaa. Así se escucha el ritmo de una ecografía, que dice: “Está vivo”. Ocurre algo similar en una ambulancia: “Tomale el pulso, se te apaga, está muerto”. El ritmo eterno de los días, las estaciones, las lunas. Como cuando dejo que la mente toque la batería: “Tengo que pagar el gas, pará árbol volar arvolarvolar wow, le tendría que haber dicho: yo también pero en azul, ¿dos y cuarto tenía dentista?”.
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“I Ching”
Traducción de Richard Wilhelm.
Es un texto oracular chino, el término I Ching significa “libro de las mutaciones”. Se cree que describe o interpreta la situación presente de quien lo consulta y aconseja el modo en que se puede resolver el futuro si se adopta ante él la posición correcta.

“Dave”
Serie de David Burd.
Cuenta, con humor, los avatares de una versión ficticia del rapero estadounidense conocido como Lil Dicky, quien con la convicción de que está destinado a ser uno de los mejores de la historia debe convencer primero a su familia y amigos para que, a su vez, ellos lo ayuden a ganarse al resto del mundo.

“El prófugo”
Película dirigida por Natalia Meta.
Protagonizada por Érica Rivas, Nahuel Pérez Biscayart y Daniel Hendler, el film narra la historia de Inés, una joven que tras un episodio traumático durante un viaje con su pareja comienza a confundir la frontera entre lo real y lo imaginario.

Los monólogos de Terence Kemp McKenna…
McKenna fue un escritor, orador, filósofo e historiador de arte estadounidense, que defendió en conferencias el uso responsable de las plantas psicodélicas. Carlin, uno de los cómicos estadounidenses más influyentes de los últimos tiempos, conocido por sus críticas sociales y su estilo humorístico de comedia negra.