Obra poética completa
El libro era enorme y estaba retractilado: es decir, nadie lo había abierto nunca. Alguien lo había donado a la Biblioteca de la Escuela Normal de Mercedes. Yo estaba en cuarto año y me lo robé de bronca. ¿Cómo nadie lo había desenfundado? Lo leímos con Chiri sin parar, maravillados por la perfección de las rimas sin ripios, durante años. Ahora está en mi casa de Barcelona, ajado, con las tapas destrozadas por haber soportado el vapor de mil duchas. Cada vez que lo abro, mientras cago, pienso que si lo hubiera dejado en el colegio seguiría envuelto en plástico.