La Biblia
No puede no estar primero en mi lista. Si realmente ha sido inspirado por Dios –como yo creo–, bueno, no hay discusión. Pero, incluso si no lo fuera, es un libro lleno de una sabiduría existencial tal que deberíamos idolatrar a su autor. O mejor, divinizarlo, y sería Dios. Y de nuevo, Dios sería su autor. Hablando en serio, es el libro que más ha influido en mi vida: me ha dado paz en momentos turbulentos, consuelo en momentos duros y sabiduría para tomar buenas decisiones en momentos complicados.