CERRADO POR MELANCOLÍA
Siempre me atrajo esa portada con la imagen de un portón cerrado con cadenas. Después supe que Isidoro Blaisten tenía una librería y eso fue lo que escribió en el cartel que puso en la puerta cuando tuvo que cerrarla. Enseguida tomé como propio el tono de Blaisten, por su humor, por su absurdo, por su coraje a la hora de romper convenciones y obviamente, por su tono melancólico propio de San Juan y Boedo, donde tenía su librería. Este era un libro de mi mamá, y la descripción del libro, la pinta a ella de pies a cabeza.