¿Qué harías si a tu hijo de 18 años, que está tomando un café en Plaza Serrano, se lo llevan preso por error a una cárcel de máxima seguridad? Esto le sucedió al hijo de Andrea Casamento. Lo confundieron con alguien que robó cuatro empanadas. Esta terrible injusticia hizo que Andrea se enfrentara a un mundo que le era desconocido y que la recibió de forma muy hostil. Pero no se paralizó, se puso en acción por su hijo y luego por los familiares de todos los detenidos. Vemos a través de sus ojos un sistema judicial que debería volverse más humano. Su mirada subraya que lo que sucede en la cárcel, por más lejano que parezca, influye de forma directa en cómo convivimos con el problema de la inseguridad.