Es un sobreviviente de la Guerra de Malvinas. Está en el proceso sanador de brindar su testimonio sobre los dramáticos hechos que ocurrieron en 1982. Viajó tres veces a las islas para poner los fantasmas a descansar. Durante 20 años no habló del tema. Había guardado los recuerdos en una mochila que terminó siendo muy pesada y se desfondó con la crisis de 2001, ante la pérdida de su trabajo, haciendo estallar los recuerdos y la angustia. Fue recién entonces que tuvo una pesadilla con los episodios vividos en Malvinas. A partir de allí, decidió buscar ayuda psicológica para afrontar el estrés post traumático demorado, y poder salir fortalecido del proceso. Según su entender, hay tres formas de enfrentar situaciones de gran sufrimiento: tapar todo, victimizarse o abrazar la herida y transformarla en algo positivo. Este último es el camino que Miguel decidió recorrer. Apoyándose en otros, rodeándose de personas positivas y generosas, viviendo cada minuto como si fuera el último. Tras esa terrible bisagra que la vida le presentó a los 19 años, aprendió a valorar lo simple, la familia, el trabajo en equipo. Y salió fortalecido. Por eso, comparte su historia de vida, apostando a que la motivación se contagie y la resiliencia se multiplique. Fue viajante de comercio desde 1984 hasta 1991 y empresario independiente en el rubro siderúrgico desde 1992 hasta el año 2011. Trabaja en la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Venado Tuerto, ciudad en la que reside desde hace 21 años. Es casado, tiene dos hijos. Practica tenis y windsurf. Le gusta la vida al aire libre y el camping. Ver más