Todos tenemos derecho a pedir una hamburguesa sin pepinos. Las personas sordas, también. Mateo Salvatto es un joven técnico electrónico que es hijo de una intérprete de lenguaje de señas. El vivir rodeado de la comunidad de personas sordas lo puso en contacto con las enormes dificultades que tienen todos los días para resolver las cuestiones más sencillas, como pedir un turno en el médico, una dirección en la calle, un gusto de helado. ¿Cómo podía ser que la tecnología no los pudiera ayudar?